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domingo, 7 de octubre de 2012

Cinco años en Lucha de los Padres Objetores contra "Educación para la Ciudadanía" (577)

La Gaceta de InterEconomía
Gonzalo Altozano
(15 setiembre 2012)

NI EL TC NI EUROPA SE PRONUNCIAN
Suspensos enmarcados

Se enteraron por la Prensa, leyendo un artículo de Fernando Sebastián (entonces arzobispo de Pamplona) en el que cargaba contra Educación para la Ciudadanía, el gran proyecto educativo del zapaterismo. En el colegio nada les habían dicho de una nueva asignatura –obligatoria y evaluable– que hacía digerible para niños el programa electoral del PSOE. Tenían todo en contra, incluso el calendario -quedaban dos meses para que comenzara el curso-, pero una cosa clara: la educación de sus hijos era cosa suya. Ni de Zapatero... ni de Rajoy.

Esta es la historia de Mariano y Lourdes (Pamplona). Pero podría ser la de Marisa y Javier (Soria) . O la de Solano y Paloma (Albacete). O la de cualquiera de los padres que desde que entró en vigor la asignatura –curso 2007-2008– se negaron a que sus hijos la estudiaran, algunos desde la tarde en que se sentaron con los niños a hacer los deberes y estos sacaron de la mochila los libros de EpC.

Guerra de guerrillas

Están los manuales de la editorial Akal, de estudio obligatorio en los colegios públicos andaluces, y con frases a memorizar por los alumnos que diríanse sacadas de una arenga de Sánchez Gordillo (“La lógica del capitalismo es profundamente anticristiana”). O los de McGraw Hill, moldeadores de la sexualidad de niños de 12 años (“La fidelidad es deseable, pero no imprescindible”). O los de SM, sello editorial de los marianistas, que en la lista de derechos humanos omiten uno reconocido por la Declaración Universal: el derecho a la vida.
Se calcula en 55.000 el número de objeciones. El cómputo es aproximado –no hay un registro oficial– pero la obtención del mismo dice mucho de cómo echaron a andar los disidentes de EpC. Se empezó a manejar tal cifra cuando las plataformas repartidas por España fueron capaces de cruzar datos de manera fluida. Porque el movimiento objetor en España –sobre todo al principio– responde a la táctica de guerrillas, sólo que sin tiros.

Bien pegadas al terreno, trataban de dar soluciones concretas, sin perderse en disquisiciones. Que fueran independientes unas de otras no significaba alergia a la acción coordinada, por más que nunca se encuadraran en un mando único. La red de contactos se tejió por Internet. El dinero no llegaba para contratar gabinetes de comunicación, con lo que las notas de Prensa –las primeras larguísimas, mal estructuradas, directas a la papelera de las redacciones– tocaba redactarlas en ocasiones desde la mesa de la cocina.

El dinero tampoco alcanzaba siempre para ir a juicio –pleitos tengas y los ganes–, con lo que hubo que echar mano de juristas amigos. Fue el caso de Lourdes Ruano, catedrática de Derecho en la Universidad de Salamanca, que participó en la redacción de más de 200 recursos, luego defendidos por su marido en tribunales de toda España. Ad honorem y, por tanto, gratis. Todo sea por la causa.

A 20 de agosto del año en curso, el estado de la cuestión procesal queda así: contra las sentencias del Supremo que desestimaban la pretensión de los padres, se interpuso recurso de amparo ante el Constitucional, tribunal que, al igual que el de Estrasburgo, aún no se ha pronunciado.

Quien sí lo hizo, y en el Congreso de los Diputados, fue el ministro José Ignacio Wert, que tildó a EpC de “adoctrinadora”, ocasión que aprovecharon los padres objetores para pedir la regularización de los expedientes de sus hijos, petición a la que de Educación, Cultura y Deporte dio la callada por respuesta.

Con lo que -de momento- en muchas casas sigue tocando enmarcar unos suspensos que saben a matrícula de honor.

TEMAS RELACIONADOS:
Educacion para la ciudadania

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Profesionales por la Ética
Educación Mixta
Alicia V. Rubio Calle
(23/08/2012)

¡No olvidéis que la realidad es mixta!

Llevo 23 años de docencia en un centro de secundaria. Mixto, faltaría más. Porque dicen los sabios que la estructura y funcionamiento de los centros escolares deben imitar la realidad, y la realidad es mixta. Otra cosa sería discriminación o segregación, involución o carcundia, que no termina en ón.

Sin embargo en este planteamiento ideológico se olvida una de las funciones de la escuela, probablemente la primigenia y principal: la formación académica, una parte de la formación que los padres no pueden, en la inmensa mayoría de los casos, asumir. Y cualquier cosa que pueda optimizar este aprendizaje debería ser valorado, respetado y puesto a disposición de los padres que quieran aplicarlo a sus hijos.

Hablo de la educación diferenciada que, contra lo que algunos creen, tiene unassólidas bases pedagógicas por encima de cualquier ideología.

Mi experiencia, año tras año, me muestra una realidad que se ignora o se trata de obviar: que el desarrollo hormonal es diferente entre los chicos y las chicas y que, en cuanto al rendimiento académico, los varones resultan muy perjudicados.

Si, la educación mixta, en determinadas edades, perjudica mucho al varón, pero claro, eso es políticamente incorrecto decirlo y contraviene las normas de igualdad de determinada ideología política. Porque si algo no es beneficioso por igual, no genera igualdad sino desigualdad. Y si algo genera desigualdades… discrimina al perjudicado.

Me explico. Las mujeres desarrollan antes que los chicos y, durante el desarrollo, la eclosión hormonal produce, por lo general, comportamientos más moderados en las chicas que tiene una contrapartida mucho más visceral en los chicos.

Las púberes se ponen muy tontas y romanticonas y algunas comienzan a naufragar en los estudios mientras escriben cartas de amor, peinan a su amiga durante las explicaciones del profesor o se pintan las uñas. La presencia masculina en clase no les afecta demasiado. Para ellas, sus compañeros son menores, los ven niños cuando ellas, con 12 y 13 años comienzan a ser mujeres. Se fijan en alumnos de cursos superiores. O, de forma anecdótica, en algún repetidor de su propia clase. De manera general, la bajada de rendimiento escolar es menor que la de los varones en proporción de alumnas y en número de suspensos y, además, es menos prolongada.

Sin embargo, veo año tras año el despertar hormonal de los chicos y la fuerza con la que, en su transformación en hombres, despiertan a los encantos femeninos.

He visto alumnos perdidos en la visión del tanga que asomaba del vaquero de su compañera de delante ajenos a las explicaciones del profesor. Ajenos a cualquier explicación. Ajenos hora tras hora.

A los 14 y 15 años, cuando los varones comienzan su andadura de hombres y las hormonas les alteran las percepciones, tienen la clase repleta de mujeres que «lucen sus encantos» haga o no buen tiempo. Al menos en los «mixtísimos» centros públicos. Y las hormonas no ayudan precisamente a centrarse en la biología, ni en la química, ni en la historia…

El fracaso escolar en 2º de ESO afecta más al sexo femenino. En 3º el bajón de notas es espectacular y a ello colaboran las chicas más rezagadas en su desarrollo y el grueso de los varones. En 4º los varones continúan su descenso y las chicas remontan. No hablo de percepciones. Hablo de estadísticas sacadas año tras año.

El fracaso escolar masculino, entendido como la no titulación, llega a duplicar, en algunas zonas de España, al femenino. Y como docente que vive cada día la realidad, creo que, en no pequeña parte, está relacionado con el desarrollo hormonal. Afirmo por ello que no es descabellado pensar que para muchos varones sería un beneficio la educación diferenciada en determinadas etapas.

Porque ¿qué se busca con la enseñanza: imitar la realidad mixta o preparar a los alumnos intelectualmente para un futuro? Tras responder a esta pregunta habría que actuar en consecuencia.

La ideología igualitaria está en muchos casos, posiblemente, abocando al fracaso escolar a los varones. ¿No vale la pena dar otras posibilidades, estudiar otras filosofías educativas? Si los medicamentos no funcionan igual en todos los organismos, ¡cuánto menos funcionarán de forma unánime las recetas para la formación intelectual, donde tantos factores se entremezclan!

Pero claro, esto supone la constatación de que hay diferencia entre hombres y mujeres. Y es una bomba para la ideología de género. Y afirmar que las recetas ideológicas para la igualdad generan desigualdades entre los desiguales, es un revulsivo de tal calibre para la ideología establecida que es mejor no reconocerlo nunca.

Aunque las estadísticas demuestren lo que digo, algunos se prefieren antes muertos que reconocer que otros pueden llevar algo de razón. ¡Y que el fracaso escolar en varones siga su curso!: Los colegios de educación diferenciada están permitidos legalmente porque no discriminan, en tanto que existen para los dos sexos y con la misma calidad y temarios. Sin embargo, no deben ser apoyados con fondos públicos.

Corolario 1: ¡Sólo faltaba darles dinero a unos tíos que demuestran que nuestra verdad ideológica tiene los pies de barro!

Corolario 2: El que considere que esto puede ser beneficioso para sus hijos, que lo pague. Total, para los más ricos. ¡¡¡Viva la no discriminación!!!

¿Buscamos la formación de los alumnos o la constatación de una premisa ideológica?

¿De verdad la imitación de la realidad mixta es tan imprescindible que puede hacer creer a los alumnos y alumnas que existe un mundo sin mujeres o sin hombres porque pasen unas horas diarias sin ver al sexo contrario para centrarse en el aprendizaje?

Dejémonos de tonterías. Estudié el BUP y COU en un colegio concertado femenino y en un instituto público femenino. En ningún momento me olvidé de que la realidad era mixta.

Quizá un slogan copiado de las ofertas de telefonía pueda hacer entender el asunto a los que se aferran a sus recetas «igualitarias» sin admitir otras opciones:

Los chicos con las chicas…18 de las 24 horas del día. Tarifa plana para los fines de semana.