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viernes, 29 de noviembre de 2013

Actualidad Política: ¿Saben por qué casi nadie intenta captar el voto católico en España? (1082)

  

InfoCatólica (18/10/13): Voto Católico

El panorama político español está cambiando a ojos vista y tiene toda la pinta de que va a cambiar mucho más en los próximos meses. Todo indica que puede acabar el bipartidismo que venimos sufriendo desde el principio de la democracia. Los dos grandes partidos estatales -lo de nacionales no les hace justicia- han ido alternándose en el poder, no dudando nunca en apoyarse, si era necesario, en el apoyo parlamentario de los que quieren acabar con la unidad de España.

La absoluta dejación de PP y PSOE en la tarea de mantener este país unido ha provocado quemuchos ciudadanos de centro-izquierda y centro-derecha hayan puesto sus ojos en opciones políticas que no tienen el menor empacho en plantar cara a los nacionalismos separatistas. Me refiero a Ciutadans, de Albert Rivera, en Cataluña, y a UPyD, de Rosa Díez, en el resto de España. Ambos partidos no han dejado de crecer desde que se lanzaron a la arena pública. Y para ello han contado con una cobertura mediática muy importante. Aparecer en los medios, aunque sera para recibir críticas, te ayuda a ser conocido. Y si te conocen, te pueden votar.

Se da la circunstancia de que Ciutadans y UPyD comparten una ideología de centro izquierda con ribetes liberales. Ya me perdonarán los que crean que no soy un as etiquetando políticamente, pero es que no se me ocurre una definición mejor para esos partidos.

A pesar de ser de centro izquierda, la gente de Rivera y Díez llevan tiempo captando un buen puñado de votos del electorado tradicional del PP. También del PSOE, por supuesto, pero eso es lógico dada su condición izquierdosa. A los socialistas se le están yendo sus votantes por la izquierda, hacia IU, y por el centro, hacia Ciutadans y UPyD. Al PP, sin embargo, no se le van votos hacia su derecha, por la sencilla razón de que no hay apenas nada, y lo que existe es tan insignificante que no atrae a nadie.

Ayer se presentó la plataforma “Movimiento Ciudadano", que no es otra cosa que el desembarco de Albert Rivera en la política nacional. Si yo fuera Rosa Díez estaría muy preocupado, porque su manifiesta incapacidad de pactar con Ciutadans en Cataluña le puede costar muy caro en el resto de España. Y ni les cuento si fuera Mariano Rajoy o Rubalcaba. Estaría en estado de pánico.

Ahora bien, como recuerda Elentir en su último post “el ideario básico de Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía se nutre del liberalismo progresista y del socialismo democrático” y entre sus figuras más destacadas figura Arcadi Espada, que es autor de uno de los artículos más viles y repugnantes a favor del aborto y de la eugenesia nazi. Cualquier católico que tenga en cuenta su fe -y si no la tiene no es católico- no puede ir de la mano con gente semejante. Y mucho menos apoyarles con su voto.

Por si fuera poco, en lontanaza se atisba la más que probable aparición de otra fuerza política que, esta vez sí, va a competir con el PP por su electorado natural. Santiago Abascal, Alejo Vidal-Quadras y José Luis González Quirós dieron ayer, probablemente, el pistoletazo de salida. ¿Y qué proponen? Pues lo mismo que Ciutadans y UPyD pero en plan más liberal-conservador. Eso sí, son tal liberales como los otros. Dijo Abascal:

No creo que haya muchos militantes (n.d.r: del PP) que estén contentos con la excarcelación de Bolinaga , y creo que estarán menos contentos con la explicación falaz del ministro de Interior, de que tenía la obligación de sacarlo. Ni con que la ETA política esté en las instituciones y que no se haya iniciado un proceso de ilegalización. Ni tampoco con la política de subida de impuestos, ni con que no se haya tocado la Ley de Memoria Histórica, ni la del aborto de Zapatero. Ni con que la unidad nacional se defienda solamente por carta, una carta tibia

He señalado a propósito en negrita lo de la ley del aborto de Zapatero. Ciertamente muchos militantes del PP no son tan abortistas como lo fue ZP. Tan cierto como que un número ingente de esos mismos militantes vivían la mar de felices con la ley anterior, con la que en España había cien mil abortos al año. Si Abascal hubiera dicho “ni la del aborto", lo mismo creeríamos que es provida. Como añade “de Zapatero", tenemos legítimo derecho a pensar que piensa que la ley anterior era buena. Y no lo era. Y del gaymonio ni hablar, ¿verdad? ¿para qué?

Dice Elentir: Ojalá de aquí salga una opción decente que podamos votar, sin taparnos la nariz, los que nos situamos en el entorno liberal-conservador.

A lo cual yo añado que los que nos situamos en el entorno conservador-católico (y por tanto, nada liberal) y regimos nuestro pensamiento y acción política -voto- por los principios no negociables marcados por el magisterio pontificio, tendremos los mismos argumentos para votar a esa opción que los que tenemos para votar al PP. A saber, el famoso mal menor, que en mi opinión hace mucho tiempo que en España se ha convertido en el mal mayor. Ciertamente esa posible UPyD liberal-conservadora será mejor en muchos aspectos que el PP de Rajoy, pero no en aquellos que tengan que ver con los principios que he mencionado.

Lo lógico sería preguntarse qué alternativa le queda al votante conservador-católico de este país, ya que el católico de izquierdas puede votar al Partido Sain. Pero antes de responder a esa pregunta, hay otra fundamental: ¿de verdad existe un voto católico conservador -y no fascista- en España? Me refiero a un voto importante, no los 50.000 de las últimas décadas. La respuesta, a día de hoy, es un claro y rotundo NO. Es más, existe un claro interés en que no exista. Desde dentro de la propia Iglesia se ha hecho todo lo posible para que no surja una alternativa católica -no necesariamente confesional- que lleve en su programa los principios no negociables y la doctrina social de la Iglesia (esta no es compatible con el liberalismo económico). La apuesta ha sido por animar a los que desde dentro del PP, incluso del PSOE, eran provida. ¿De qué ha servido? De nada. Pero les da lo mismo. El diputado Carlos Salvador, de UPN, es la excepción que confirma la regla de la inexistencia de una corriente católica real y con capacidad de influencia en la derecha parlamentaria española. E incluso no tengo nada claro que la postura de don Carlos sea mayoritaria en su partido.

De hecho, el diputado navarro dio una clave importante en la entrevista que gentilmente nos concedió a InfoCatólica. Preguntado por qué existen tan pocos políticos provida en los grandes partidos, respondió:

Los Diputados y los Senadores representamos a una sociedad que, reconozcámoslo, hoy por hoy no tiene entre sus prioridades esta cuestión.

Eso es así, nos guste o no. Puede que la mayor parte de la sociedad española no sea radicalmente proabortista, pero desde luego no hay un porcentaje significativo de españoles que piensen que el aborto es una plaga a extinguir, un verdadero holocausto. O si lo piensan, no están dispuestos a movilizar su voto para poner fin a dicha plaga. La benemérita labor de los movimientos cívicos no cambia nada esa realidad. Primero, porque no es su propósito. Segundo, porque si alguna vez lo fuera, pasarían a convertirse en plataformas políticas. Y no están para eso. Aunque tampoco deberían estar para ser correas de transmisión del PP, como es el caso de alguno de esos movimientos (ver ejemplo). Idem ocurre con la otrora activa ACdP, que pasó de organizar congresos sobre católicos y vida pública la mar de interesantes a caer en manos del marhuendismo (= peperismo rajoyista) y a recibir el apoyo del director de ese portal al que llamo “El Muro de las Lamentaciones de los enemigos de la Iglesia”.

¿Y los obispos qué dicen de esto? Pues, por decirlo suavemente, hay división de opiniones. Ahora bien, si alguien cree que no hay obispos españoles que piensen exactamente lo mismo que Mons. Giménez Valls, obispo de Menorca, está muy equivocado. Cito de la magnífica entrevista que le han realizado en InfoVaticana:

- Benedicto XVI hablaba de los Principios no Negociables ¿Es legítimo que un católico vote a un partido que no defienda explícitamente estos principios?

Yo creo que sí, que es legítimo en ese supuesto, o deberíamos ser los cristianos más valientes o no deberíamos votar a nadie, porque es un tremendo desastre del mundo occidental, que personas que son creyentes y practicantes cuando llegan a responsabilidades de partido o de gobierno olvidan sus convicciones religiosas, o mejor dicho, no las convicciones de fe sino las consecuencias morales y publicas que proporciona su fe. Lo estamos viendo en España y en todos los demás países del mundo occidental. Si tuviera que responder yo desde el corazón creo que los católicos no deberíamos votar a nadie que no tuviera claras la fe y la moral de la propia Iglesia, pero es un gran riesgo porque casi ningún partido se presenta con el Evangelio en la mano y con el espíritu cristiano en su publicidad o en sus afirmaciones básicas.

Se puede decir más alto. Más claro, no. Léanse las dos siguientes preguntas y sus respectivas respuestas. No tienen desperdicio. Refleja lo que piensan un buen número de obispos españoles, aunque no todos estén dispuestos a decirlo de forma pública… a menos que se les pregunte.

Conclusión. El voto católico apenas existe. Los que podrían recoger ese voto, caso deAlternativa Española -si es capaz de entender que no se puede tener como portavoz a quien hace gala públicamente de su nostalgia del falangismo (*)-, Familia y Vida, CTC, Partido Sain, son desconocidos para la mayoría de los españoles. De hecho, esas siglas son las que se suelen repartir esos 50-75.000 votos que sí votan según los principios no negociables y que nadie más lleva en sus programas. El problema es que aunque logren unirse en coalición -en ello andan-, sospecho que seguirán siendo los grandes ausentes en los principales medios de comunicación. No aparecerán siquiera en los que son propiedad de la Iglesia. Y en el resto como mucho se les nombrará para decir que son la extrema derecha de siempre (**) y a partir de ahí, cruz y raya.

Yo, por mi parte, insisto en que no votaré jamás a ningún partido o coalición que no defienda la vida, la familia, el derecho de los padres sobre la educación de sus hijos y una política económico-social conforme a la doctrina social de la Iglesia. Y si en mi colegio electoral no encuentro una papeleta con un partido así, votaré en blanco o me abstendré. El mal menor, que nos ha conducido a tener una legislación abominable a los ojos de Dios, se lo dejo a otros.

Luis Fernando Pérez Bustamante 

(*) El portavoz de AES, Francisco Torres, es muy libre de escribir libros elogiosos sobre José Antonio Primo de Rivera y de añorar públicamente tiempos pasados cuando la Falange mandaba, más o menos, en España, pero yo soy igual de libre de decir que eso hace un daño espantoso a su partido. Sin que ello signifique que tenga nada especial en contra de José Antonio y los falangistas. Es más, Mons. Sebastián, arzobispo emérito de Pamplona, dijo que se les podía llegar a votar.
(**) Y si llegan a coaligarse, ¿cómo van a evitar que les equiparen con la extrema derecha si el portavoz de AES hace lo que he comentado en (*)?

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