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viernes, 24 de abril de 2015

VIRGEN de Garabandal: ¿Por qué los obispos españoles no han aprobado el carácter sobrenatural de las Apariciones?. Pablo VI y las Apariciones (1784)

VIRGEN de Garabandal
¿Por qué los obispos españoles no han aprobado
 el carácter sobrenatural de las Apariciones?
Guión Real-Antonio Yagüe (8/11/2014) 
El juicio eclesial sobre las apariciones de Garabandal no compete “a los obispos de España” sino al obispo de la diócesis de Santander. La siguiente instancia jurídica competente sería la Congregación para la Doctrina de la Fe en Roma, antes denominada Santo Oficio. Tan sólo muy indirectamente se podría decir que los obispos de España como conjunto tienen un papel en el tema de forma genérica a título informativo y a posteriori de los hechos puesto que la Conferencia Episcopal Española se formó el 3-10-1966 y no tomó su configuración definitiva hasta 1977, es decir 12 años después de finalizar las apariciones.
Darle una respuesta exhaustiva sobre las notas y declaraciones que realizaron los sucesivos obispos de Santander, ya van siete, es algo que puede encontrar fácilmente en internet. Los datos suelen encontrarse mezclados con comentarios más o menos intencionados, pero finalmente no le será difícil encontrarlos. En su momento yo mismo realicé un recorrido por todos ellos y, como dice en una de esas notas episcopales, concluí que: “no hemos encontrado materia de censura eclesiástica condenatoria, ni en la doctrina ni en las recomendaciones espirituales que se han divulgado”. Obviamente esto es mucho, pero es poco porque no hay una afirmación positiva. Lo mismo cuando se asegura que “No consta la sobrenaturalidad” de los hechos, resulta tan solo un juicio provisional, que favorece poco la devoción mariana que podría surgir de la historia de Garabandal. Por otro lado, es cierto que el ahora Beato Papa Pablo VI dijo a la principal vidente: Conchita, Yo te bendigo y conmigo te bendice toda la Iglesia. También es de Pablo VI este comentario: Es la historia más hermosa de la humanidad desde el Nacimiento de Cristo. Es como la segunda Vida de la Santísima Virgen en la tierra y no hay palabras para agradecerlo.
Lo que yo puedo aportar es mi opinión personal sobre el comportamiento errático y poco definido de los obispos de Santander, desde 1961, que en parte escribí hace tres años en otro breve artículo sobre el juicio de la Iglesia. Hoy, por el tiempo transcurrido, tengo una visión más elaborada, que podría resumir en los siguientes puntos:
Garabandal resultó una sorpresa inesperada para la Iglesia diocesana y para la Iglesia Romana. La forma externa de los éxtasis, los dos mensajes formales, el milagro de la comunión mística visible, la sencillez de las videntes y su vida profundamente cristiana, las profecías globales asociadas a un concepto de terminación de los tiempos entonces incomprensible para los teólogos e impensable para el mundo, la posibilidad cercana de un gran castigo divino, las conversiones y curaciones…
Nunca se había visto tal profusión de eventos extraordinarios en unas apariciones:se contabilizaron más de 2300 éxtasis en 18 meses. Son más de 4 apariciones diarias. Los testimonios grabados y filmados, hoy accesibles en internet, eran centenares,Aunque hubiera habido voluntad de entender, no había entonces capacidad de asimilar toda aquella información ni de sintetizarla.
Los niños en aquella época aún no eran siquiera sujeto canonizable para el Derecho Canónicoporque se estimaba que su corta vida no daba tiempo para vivir las virtudes en grado heroico.Por tanto se era reacio a pensar en la posibilidad de que los niños fueran sujetos de fenómenos místicos verdaderos. En Garabandal, por su apartamiento de la gran ciudad, las niñas eran más infantiles que lo que su edad indicaba, lo cual hacía aún más difícil interpretar como frutos espirituales de mayor piedad los asociados a las apariciones. Por otro lado, en los años del Concilio Vaticano II, simultáneos a las apariciones, las devociones marianas en la Iglesia comenzaron a tener mala prensa, abandonándose en muchos lugares prácticas tradicionales marianas, a la vez que se criticaba el rezo del Rosario.
La aldea de Garabandal quedaba, en lo geográfico y en lo cultural, demasiado lejos de la capital de la diócesis.Las
comunicaciones y el transporte no tenían las facilidades de hoy día.Garabandal está en los arrabales de la diócesis, y muy raramente recibían una visita apostólica. La cultura del pueblecito se limitaba a una maestra que atendía a los niños. Por el contrario en la diócesis de Santander se encontraba la Universidad de Comillas, el centro de formación eclesiástico de mayor renombre en España, regentado por los Jesuitas y con más de 1000 alumnos. De él salía al menos el 40% de los obispos españoles en aquellos días.
Prestar entonces atención a las apariciones de Garabandal, para la curia diocesana y la élite de Comillas, era rebajarse a hacer caso a unas mocosas incultas, probablemente presas de la histeria. Cuanto menos, dar importancia a aquella situaciónpodía ser imprudentey de consecuencias impredecibles para todo eclesiástico con deseos de “hacer carrera”. No obstante, dentro de este ambiente general, hubo allí dos ancianos profesores Jesuitas, hoy en proceso de beatificación, que creyeron en las apariciones y atendieron espiritualmente con cierta regularidad a las niñas en aquellos años.
En aquellos años la Iglesia era una maquinaria perfecta:vocaciones a rebosar en Seminarios y Órdenes Religiosas,estima públicadel mundo político y de los gobernantes nacionales y locales, costumbres del pueblo y legislación acordes con la Ley de Dios, capacidad económica importante (por ejemplo los obispos iban en Mercedes, mientras la mayoría de la gente no llegaba a un “seiscientos”), prensa, radio y televisión favorables, etc. Ser sacerdote era entonces casi sinónimo de ser santo. En esas condiciones, si unas pretendidas apariciones a unas niñas incultas de los arrabales de aquella sociedad provinciana decían de parte de la Virgen que “cardenales, obispos y sacerdotes van por el camino de la perdición y con ellos llevan a muchas almas” era obvio que el juicio debía ser negativo e incluso represivo, acorde con las costumbres de la época. . Por el contrario, las niñas a pesar de este mensaje, siempre mostraron respeto a los sacerdotes y hasta hoy una exquisita obediencia a los obispos de Santander.
No extraña que en ese ambiente se intentara incluso obtener por la Autoridad eclesiástica la firma de las niñas en un folio en blanco, como base de su testimonio formal, cortar las trenzas a Conchita para evitar un pretendido liderazgo o amedrentarlas con enviarlas a la cárcel. Personalmente he oído el testimonio de Maximina, tía de Conchita, sobre cómo a ella misma y a la madre de Conchita,le solicitaron firmara un folio en blanco en el obispado, a lo que naturalmente se negaron. Conchita, por ejemplo, soportó en 1966 durante su estancia en el Convento de las Carmelitas de Pamplona una visita deuna Comisión eclesiástica de 5 personas, dos de ellas obispos, que le interrogaron durante 7 horas, con una breve pausa para comer. Madre Nieves García da abundantes detalles sobre ese suceso.
No existe ningún decreto diocesano de formación de comisiones de investigación sobre las apariciones. Todo el desarrollo de las investigaciones de dos “Comisiones Diocesanas” carece de cualquier profesionalidad y no resistirían ningún análisis procesal de sus procedimientos.Existen testimonios de comentarios apriorísticos negativos y peyorativos de los componentes de la primera “comisión” en la sacristía de la Iglesia de Garabandal realizados a gritos, que pudieron oír numerosos feligreses presentes.Las descripciones de la operativa de estas comisiones enrojecen a cualquier profesional del Derecho Procesal de modo que no alcanzarían la calificación de tercermundistas. Por el contrario, multitud de testimonios de testigos, profesionales médicos y psiquiatras, no han sido considerados. Fue notable el ejemplo de la retractación pública en Santander de un famoso médico (Dr. Morales) que formó parte de la primera “comisión” diocesana enviada a Garabandal.
Sobre estas bases tan sesgadas, los sucesivos obispos de Santander emitieron distintas Notas provisionales sobrelas apariciones, hasta que el obispo Mons. del Val, el único que fue testigo personal de numerosos éxtasis, retiró en 1987 todas las medidas cautelares que sus antecesores habían establecido, tales como la prohibición de que subieran sacerdotes a Garabandal. Sorprende especialmente el caso del obispoDoroteo, contemporáneo del tiempo de las apariciones, querenunció a la sede episcopal de Santander a los pocos días de recibir de manos del catedrático Francisco Sánchez Ventura una carta de Conchita con un mensaje personal de San Miguel Arcángel. También se cuenta que el obispo Puchol fue advertido en privado de su forma de proceder respecto a las apariciones por Santa Maravillas de Jesús, quince días antes del accidente de automóvil que le costó la vida.
En uno de los libros de Francisco Sánchez Ventura se asegura que existe un acuerdo tácito en la Conferencia Episcopal Española de no aprobar ninguna aparición mariana.Quizás por esto, tampoco se han llegado a aprobar otras apariciones en España en la segunda mitad del siglo XX.
Existe un extenso dictamen realizado por un gran teólogo español hacia el año 2002,alumno de la Universidad de Comillas en tiempo de las apariciones, que no sabría decir si finalmente llegó a manos del obispo de Santander,que pone como principal causa del no reconocimiento de la sobrenaturalidad de las apariciones de Garabandal, las profecías realizadas que quedan pendientes por cumplir. La solución que propone este teólogo en su documento sería autorizar en Garabandal un culto especial a la Virgen María teniendo en cuenta el hecho reconocido de las peregrinaciones y de la buena voluntad de los que allí van. Así por ejemplo se ha hecho en otros lugares de apariciones como Heede y Tre Fontane.
En resumen, hasta ahora la historia de la aprobación eclesiástica de las apariciones de Garabandal es un conjunto de despropósitos, que inicialmente se podían atribuir como reacción natural a la sorpresa por la censura del Cielo ante lo que marchaba razonablemente bien. En parte todos nos resistimos a cambiar en condiciones de bonanza. Sin embargo, con el paso de los años esa actitud da la impresión de que configura una oposición sorda y reiterada, “mantenella y no enmendalla”. En opinión de muchos, el desarrollo de la historia eclesial postconciliar, los estudios y testimonios detallados hoy públicos y los frutos espirituales a nivel mundial que se han producido, dejan cada día más sin fundamento mantener indefinidamente una respuesta provisional insuficiente.

El P. Ramón Andreu, S.J. tiene, entre sus diapositivas de Garabandal, ésta, que ilustra la entrevista de la audiencia particular concedida por el Papa al P. Javier Escalada S.J. difusor de las Apariciones de Garabandal en Méjico.
Pablo VI y las Apariciones 
El Papa Pablo VI pronunció las más autorizadas y elogiosas palabras que se hayan dicho sobre las Apariciones de Garabandal. Sucedió con ocasión de la audiencia que concedió al Padre Escalada S.J., le dijo: "Es la historia más hermosa de la Humanidad desde el Nacimiento de Cristo. Es como la segunda vida de la Santísima Virgen en la tierra, y no hay palabras para agradecerlo."
Esta noticia fue publicada en la revista que edita la Difusora Mariana de A.C. de Méjico, y también en la LEGIÓN BLANCA PERUANA, con «IMPRIMÁTUR» de monseñor Alfonso Zaplana Belliza, obispo de Tacna, Perú, el 7 de noviembre de 1968.
El Papa tenía abundante información sobre las Apariciones. Había leído con gran interés la historia de las Apariciones, las circulares del Dr. Bonance y el informe del Cardenal Ottaviani, tras la entrevista a Conchita en Enero de 1966, de modo que al P. Escalada le bastó hacerle una rápida exposición de los hechos.
Hace ya años, el Padre Morelos comunicaba al Padre Lucio Rodrigo S.J., catedrático durante muchos años en la Universidad Pontificia de Comillas en Cantabria, esta noticia: "El Padre Escalada, jesuita mejicano, que difunde los Mensajes de Garabandal en su tierra, ha sido recibido en audiencia por el Papa; el Padre Escalada iba acompañado por el Superior General de la Compañía de Jesús, Padre Pedro Arrupe".
El Padre Escalada habló al Papa sobre su trabajo de difusión en Méjico. El Papa le animó a seguir y le dijo: "Es necesario dar a conocer esos Mensajes".
Cuando se conoció esta noticia, de tantísima importancia, se quiso tener la mayor garantía sobre su autenticidad y una señora de Barcelona escribió al jesuita Padre Ramón María Andréu; éste contestó desde Valladolid, con fecha 13 de abril de 1967: "La noticia sobre el Padre Arrupe y el Padre Escalada es cierta. Los dos estuvieron con el Papa. El Padre Escalada preguntó si podía seguir difundiendo el Mensaje de Garabandal y el Papa le dijo que Sí."
El P. Escalada, confiado por la excepcional apreciación del Papa, le indicó: «Sí, Santidad, pero hay mucha gente que se opone, aún de los nuestros».
Entonces el Papa levantó la voz y respondió: «No importa; diga a esas gentes que es el Papa el que lo dice, que es urgente dar a conocer al mundo estos mensajes».
Según testimonio dado en Garabandal por las Hijas de Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Barcelona, confirmado por el sacerdote suizo presente este día en Garabandal ante la Madre Superiora de dicho Instituto, en su visita al Papa Pablo VI, le preguntó si ella podía permitir la difusión en su Instituto Religioso de los mensajes de Garabandal y el Papa la respondió: «Difundid el mensaje de Garabandal con caridad entre vosotras». El sacerdote suizo, M. Luis Demierre, lo confirmó por carta el día 4 de diciembre de 1969.
Mr. N. Baco envió a Su Santidad Pablo VI, el día 5 de diciembre de 1968, una carta suplicando una especial Bendición Apostólica para sus centros de Garabandal. La carta iba acompañada de un breve «dossier», que el cardenal Secretario de Estado, monseñor Cicognani, remitió a la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe.
El día 3 de marzo de 1969, el Papa Pablo VI concedió su especial Bendición Apostólica a Mr. N. Baco y a todos los Centros de Garabandal de Inglaterra e Irlanda, para que difundan los mensajes de Garabandal en su hermoso apostolado.
En junio de 1969 el Papa Pablo VI envió a los miembros de la Junta de la «Difusora Mariana de A. C.» de Méjico una Bendición especial, y acompañándola con el regalo personal a cada uno de ellos de un Crucifijo para alentarles a seguir su hermoso apostolado, diciéndoles: «Dígales a los de Difusora Mariana, que sigan difundiendo los mensajes, que yo les bendigo y que pidan mucho por mí».
El día 7 de mayo de 1970 entraba en la Basílica de San Pedro del Vaticano una nutrida peregrinación de norteamericanos desde la explanada de la plaza de la Basílica Vaticana y desplegando un estandarte, con la imagen en gran tamaño de la Virgen de Garabandal y esta inscripción: «St. Michael's Garabandal Center for our Lady of Carmel. Brockton. Mass. U.S.A.».
Se trata del Centro de Garabandal de San Miguel, en la costa Este de EE.UU. que dirige María Carmela Saraco. Desde 1964 difunde los Mensajes dados por la Santísima Virgen María en Garabandal. Años más tarde, en 1980, este centro se trasladó a California.
María Saraco habla con el Papa Pablo VI 
Con el estandarte desplegado dentro de la Basílica de San Pedro asistían a la audiencia general situados en un lugar bien destacado y junto al altar central o papal. Al llegar Su Santidad ante estos peregrinos mandó parar el cortejo ante el estandarte de la Virgen de Garabandal e impartió sobre él su bendición especial. Tan pronto como el Papa les dio su bendición les alentó con estas palabras: «Sigan. ¡Adelante!».
Los peregrinos al saber de qué se trataba y lo que el Papa acababa de hacer comenzaron a besar el estandarte dentro de la misma Basílica de San Pedro para rendir homenaje a la Virgen de Garabandal, que aquel estandarte mostraba a los fieles del orbe allí congregados.
Era el día de la Ascensión del Señor. El grupo de norteamericanos estaba presente en Roma y de paso para visitar Garabandal en España después de pasar por Roma. Al día siguiente, el 8 de mayo, «L'OSSERVATORE», daba la noticia en primera página.
El día 12 de diciembre de 1970 el Papa concedió otra nueva Bendición Apostólica especial al padre Verfaille S.D.B., y a sus colaboradores del Centro Mariano de Garabandal, de la República del Zaire, Africa.
El 19 de enero de 1966 el Papa Pablo VI bendice a Conchita.
El Papa en la Silla Gestatoria sale de la sala donde ha tenido la audiencia general. Divisa al profesor Medi, su médico personal, y le llama:
-- Profesor, profesor.
A continuación dice a los portadores de la Silla:
-- Fermi tutti.
Una indicación de que dejaran en el suelo la Silla Gestatoria y se alejaran.
El Papa queda solo con el pequeño grupo del Dr. Medi en el que estaban Conchita, su madre y el Padre Luna y se produce así la audiencia fuera de programa.
Han podido hablar con toda tranquilidad. Conchita habló personalmente con el Papa. Esta audiencia, sobrenatural, preparada y conseguida por la Santísima Virgen, acabó así: El Papa, encantado, como iluminado, bendice a Conchita con estas palabras:
"Conchita, yo te bendigo, y conmigo te bendice toda la Iglesia".
Después de esto, el pequeño grupo, con una alegría indecible, se dirigió al coche para marchar directamente al aeropuerto para el viaje de vuelta a España.
Declaración del Cardenal Ottaviani sobre las Apariciones de Garabandal, que en esas fechas estaban en estudio por el Santo Oficio.
A las 10 horas de la mañana del día 27 de noviembre de 1968, el hermano David García Muga, natural de La Cerca, provincia de Burgos, España, nacido en el año 1913, entraba el Palacio Vaticano del Santo Oficio para entrevistarse con su Pro-Prefecto, S. E. cardenal Ottaviani.
Durante la entrevista, el Hermano David le preguntó:
-H. David: ¿Es cierto que esta Congregación está estudiando el caso de Garabandal?
-C. Ottaviani: Sí, es cierto.
-H. David: ¿Es cierto que la Congregación mandó un delegado a Garabandal?.
-C. Ottaviani: Sí, es cierto. Yo lo mandé.
-H. David: ¿Es cierto que la Congregación llamó a Conchita a declarar?
-C. Ottaviani: Sí, sí, es cierto. Estuvo conmigo.
-H. David: Y ¿cual es su opinión personal?
El cardenal se sonrió y dijo: Mire, perdone, pero cuando un asunto se está tratando en esta Congregación, todos los miembros tenemos la obligación grave de no decir nada a nadie, ni en favor ni en contra.
Dice el Hermano David: Yo entonces le expliqué mi curación de leucemia por la Virgen de Garabandal y mi compromiso de hablar de sus Mensajes en todas partes y le dije: En varios lugares me han querido prohibir hablar de estas cosas, porque dicen que estas Apariciones no están aprobadas. Entonces ¿quiere decir, que hasta que esta Congregación no se pronuncie, yo no puedo cumplir mi promesa con la Santísima Virgen?.
El me respondió sin titubeos: De ninguna manera. Usted puede seguir hablando donde quiera. Pero eso sí, siempre a título personal y bajo su responsabilidad propia, sin hacer intervenir a la Iglesia.
Por lo demás, nadie le puede prohibir que cuente su curación milagrosa y la atribuya a la Virgen de Garabandal, que hable de los hechos maravillosos que usted conoce y que se han realizado allí, o cuente otros favores que se hayan conseguido con ocasión de Garabandal, etc. Nadie se puede oponer a estas cosas. Ahora bien, el día en que esta Congregación se pronuncie, usted aténgase a lo que diga.
Solucionado así mi problema, él me acompañó con toda deferencia por varios salones, hablando muy bien de España y sobre todo de la Virgen del Pilar, donde me dijo que había tenido la dicha de estar.
El hermano David, cuyo nombre de pila es Bernardo, pertenece al Instituto Religioso de los Hermanos del Sagrado Corazón. En estas fechas enseñaba en el Colegio Gral. Benito Nazar de los Hermanos del Sagrado Corazón en Buenos Aires, Argentina.
La Comisión investigadora.
Hay que decir que, de los miembros de la Comisión, es muy conocido que el Doctor Morales, médico principal de la misma, se retractó de su anterior posición negativa y, a partir del año 1983, se convirtió en un ferviente defensor de las Apariciones.
De igual modo, D. Juan Antonio del Val gozaba de la plena confianza de D. Doroteo Fernández y por ello fue miembro de la Comisión y testigo de las Apariciones. A finales de 1971 fue nombrado Obispo de Santander.
El Obispo de Santander desde 1971 a 1991, D. Juan Antonio del Val, estudió por su cuenta todo, pues vió que todo ello requería un estudio mas profundo y que aquello era muy serio. Dio permiso a Conchita para hacer la película de la BBC y más tarde dio permiso a los Sacerdotes para subir a Garabandal y decir la Santa Misa en la Iglesia, que anteriormente había estado prohibido, y promovió un nuevo estudio sobre las Apariciones que posteriormente fue enviado a Roma.
El Papa Juan Pablo II y las Apariciones de la Santísima Virgen María en Garabandal.
En el Vaticano, los testimonios de D. Valentín, el párroco de Cosío y Garabandal durante las Apariciones, y el testimonio de las videntes fueron muy bien acogidos, tanto por el Papa Pablo VI como por Juan Pablo II.
En la foto vemos al Papa Juan Pablo II con Joey Lomangino, fundador de «The Workers of Our Lady of Mount Carmel of Garabandal», «Los Trabajadores de Nuestra Señora del Monte Carmelo de Garabandal» que difunden los Mensajes y las Apariciones de Garabandal desde 1965 y Joey, lo hizo personalmente, ya desde 1963.
Joey, ciego desde los 16 años por un accidente de trabajo, tiene la promesa de la Virgen en Garabandal de que el día del Milagro recuperará su vista.
El Papa Juan Pablo II cree en las Apariciones de Garabandal. El leyó el libro en alemán sobre las Apariciones «Garabandal, Der Zeigefinger Gottes» de la foto, escrito por Albretch Weber. A partir de su segunda edición se pueden leer estas palabras que el Papa escribió a su autor: «Que Dios te recompense por todo. Especialmente por el profundo amor con que estás dando a conocer los sucesos relacionados con Garabandal.
Que el Mensaje de la Madre de Dios sea acogido en los corazones antes de que sea demasiado tarde. Como expresión de gozo y gratitud el Santo Padre te da su Bendición Apostólica». El Papa Juan Pablo II añadió un saludo personal con su letra y firma.